La Agencia de Alimentos y Fármacos (FDA)
considera que la mayoría de las hierbas que se usan en la cocina, son
seguras también usadas en infusiones. Entre éstas se hallan los tés
hechos de jengibre, flor de lima, menta, cebada tostada, escaramujo
(rosa blanda) y tomillo que, en general, son inofensivos en cantidades
moderadas durante el embarazo o el amamantamiento. Sin embargo, no es
recomendable beber cantidades excesivas de ningún té porque puede causar
problemas tanto al bebé como a ti.
El jengibre, concretamente, te puede ayudar a combatir las náuseas
al comienzo del embarazo. Se puede tomar como té (vertiendo agua
caliente sobre las raíces frescas), en cápsulas o en tinturas. Incluso
un refresco de jengibre (ginger ale) puede ayudarte. Puedes tomar
cuatro cápsulas diarias de 250 mg al día o también una taza de té de
jengibre, cuando sientas náuseas.
NO son seguros: Hay muchas hierbas que se usan como
tés que pueden estimular el útero y producir un aborto, si se toman en
grandes cantidades. Estas incluyen el anís, gatera o nepeta, consuelda o
sinfito, popotillo o canutillo (Ma Huang), muérdago, camomila o
manzanilla, flor de jamaica, marrubio o masto, té de labrador, hierba
Luisa, raíz de regaliz, estafiate, poleo, hojas de frambuesa, romero,
salvia, sasafras, ortiga, vetiver y milenrama. Estas hierbas no se deben
tomar como tés, infusiones ni remedios durante el embarazo y la
lactancia
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