lunes, 9 de abril de 2012

Porque no tomar alcohol en el embarazo

El alcohol pasa rápidamente por tu torrente sanguíneo, cruza la placenta y llega a tu bebé. Tu bebé procesa el alcohol más despacio que tú, por lo que puede acabar con niveles de alcohol superiores a los tuyos.

El alcohol pone en peligro el desarrollo del bebé de varias maneras: por un lado, aumenta el riesgo de abortos espontáneos y de que el bebé nazca muerto. Por otro lado, incluso tomar sólo una bebida alcohólica al día puede aumentar el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso o de que más adelante sufra problemas diversos de aprendizaje, del habla, de atención y de hiperactividad. Hay estudios que muestran que las embarazadas que toman una bebida por semana, tienen más probabilidades de que sus hijos tengan comportamientos agresivos y antisociales, que las que no beben nada de alcohol.

La consecuencia más grave de usar alcohol durante el embarazo es el síndrome de alcohol fetal (SAF). Se trata de un trastorno permanente caracterizado por desarrollo pobre (en el útero, después del nacimiento o ambas cosas), rasgos faciales anormales y daños en el sistema nervioso central.

Los bebés que padecen SAF también pueden tener la cabeza y el cerebro anormalmente pequeños, así como malformaciones en el corazón, la espina dorsal y otros problemas anatómicos. Los daños en el sistema nervioso central pueden incluir retraso mental, retraso en el desarrollo físico, problemas de visión y de oído y otra serie de problemas de comportamiento.

Si tomaste uno o dos tragos antes de que te tocara la menstruación, no te asustes. No es probable que dañen al bebé. Lo más importante ahora es centrar tus esfuerzos en cuidarte todo lo posible, y eso incluye no tomar alcohol durante el resto del embarazo.

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