martes, 29 de noviembre de 2011

Mi primer bebe

Ahora mas que nunca en el siglo XXI es imperativo comprender que debemos prepararnos para un hecho trascendente como el embarazo y el parto. Esta preparación incluye no sólo a la pareja embarazada sino a su entorno íntimo familiar, es decir, hijos, abuelos, suegros e inclusive amigos o amigas.

En realidad debemos considerar que la preparación es permanente y mantenernos siempre en un estado óptimo de salud física y mental para hacer los ajustes convenientes cuando el embarazo se presente.

Hoy por hoy, gracias a los avances de la ciencia la mayoría de los niños nacen sanos. Los primeros días de vida son muy importantes para la madre y el niño, es un período de conocimiento, donde se establecen los lazos afectivos.

Muchas personas creen que los bebés nacen limpiecitos, gorditos, rosaditos y sonriendo. La realidad es otra, inmediatamente al nacer se evalúa, se limpia, se seca la cara y el cuerpo, se aspiran secreciones a través de las fosas nasales y la boca, se examina. Se ve como está la coloración de la piel, la frecuencia cardíaca, la respiración, el tono muscular, los reflejos.

Todo esto lleva una puntuación, es lo que se conoce como Test de Apgar, este nos proporciona información de cómo nació el bebé de su vitalidad, si hubo o no hipoxia (bajo oxigeno) perinatal. A mayor Apgar mejores condiciones de los niños (8-9ptos).

Luego se observa y se palpa la cabeza, se verifica la presencia de anomalías en la piel o en cualquier sitio; se examina tórax, abdomen, cordón umbilical, genitales, cadera y miembros. Se evalúa la parte neurológica: observando sí están presentes los reflejos propios del recién nacido.

Se pesa y se talla, se mide la circunferencia cefálica, se coloca nitrato de plata en los ojos para evitar la oftalmía neonatum y se coloca vitamina k para luego de ser evaluado en la sala de partos se traslada al retén donde son observados por un tiempo antes de ser entregados a la madre.